Conoce la relación que hay entre tus manos, la psicología y las maneras en que te relacionas contigo mismo y lo otro.

 En el marco de los confinamientos obligatorios y autoimpuestos  por el COVID 19, el aislamiento ha supuesto una vía para replantear los encuentros con el otro, en los que la presencia de dos o más cuerpos deja de hacerse posible y nos supone reformular los espacios, tiempos y modalidades en las que creamos espacios de significado y sentido durante nuestras vidas cotidianas.

En esta entrada del Blog, te comparto mis reflexiones y respecto a la manera en que nuestras manos guardan relación con nuestra psicología.

Cuando hablo de lo psicológico,  parto de una comprensión de lo psicológico como un territorio en el que el pensamiento, la acción y la emoción surgen como resultado de la interacción entre la experiencia actual, nuestros cuerpos y las circunstancias. 

 Tactos que resisten

 Mi primer episodio de encuentro con las manos y su simbolismo es convocado por mi encuentro con una gran amiga con la que nos vemos convocadas a plantear espacios para el cuidado de los jóvenes de la universidad pública en Colombia. Aquí, la intención es reconocer que su buenvivir está determinado por nuestra historia colectiva y condiciones materiales, a las que se suman circunstancias como la suspensión de clases por el paro nacional y el alarmismo medíatico que corresponde con un incremento en la transmisión y contagio del Covid-19.

 Ante lo anterior, parece ser que la virtualidad, y en este caso concreto, el aula virtual se convierte en el último hilo del cual pende nuestras posibilidades para la experiencia colectiva. Sin embargo, la presencialidad y la atención plena son dos ámbitos que se diluyen con facilidad en este desplazamiento de las aulas universitarias a los hogares y demás espacios domésticos.

Junto a Carolina, mi amiga, logramos reconocer que las manos parecen ser la última materialidad que aún se hace presente y vive a pesar de la virtualidad, ya que estas manos que teclean, que sienten, que escriben y que recogen, también son manos que a muchos, nos permiten relacionarnos con el mundo exterior y concretar en acciones el nubarrón de los sueños que a veces nos parecen tan ajenos y volátiles. 

 Así, las manos resisten al distanciamiento absoluto de las distancias geográficas, ya que, en la mayoría de los casos, sino en nuestro puente de contacto más accesible con el mundo exterior. 

 El metabolismo psíquico

Las manos también resultan convirtiéndose en aliadas del ego, o de la persona que construimos ante los ojos de otros, ya que ellas han sido claves en permitirnos la acción que configura ese personaje que proyectamos en el escenario social. Son las manos las que nos permiten acompañar nuestras palabras, tanto para reafirmarlas como cuestionarlas.

No es fortuito que se llame tacto a la capacidad de las personas para enunciar las cosas de manera adecuada, y ello es porque las manos resultan en un puente de contacto con muchas personas, desde un saludo hasta las caricias, las manos nos permiten sensar al mundo y a los otros, así, con el tacto podemos tantear los sentimientos, actitudes y posiciones de otros, tanto con nosotros como con el mundo.

  Al ser capaces de recibir, entregar y hacer materia estas ideas abstractas del cuidado, el amor, o la profesión, las manos resultan en metabolitos o procesadoras  de lo psíquico, que es eso que surge cuando la experiencia se encuentra con nuestras ideas, sentimientos y la corporalidad (en este caso nuestras falanges, dedos y palmas).

 Con lo anterior recuerdo la anécdota que mi amiga me compartía, al expresar que  las manos que cocinan guardan una sabiduría que va más allá del intelecto, por lo que es común que al preguntar a las mujeres experimentadas por los pasos para llevar a la realidad una receta les cuesta expresarlo en palabras. 

 En relación con el cuidado, las manos pueden llevar a la realidad todos esos actos que tenemos para poder sostener nuestra propia vida y la de otros, esas manos que cocinan, que acicalan, o que se tienden para ayudar al enfermo, o que incluso nos tendemos a nosotros mismos para estrecharlas contra nuestra cabeza en momentos de desolación

 Y con todo esto, es que llego a mi segundo encuentro de sentido en relación con las manos y la corporalidad, a través del encuentro con la obra de Clarissa Pinkola, quien en su análisis sobre el cuento «La Doncella Manca» nos propone que las manos resultan en 

  «la capacidad psíquica de asir, retener y ayudarse a sí misma y a los demás»

Mi propio arte

 Ante las posibilidades de hacer de nosotros y de nuestras mentes y cuerpos más que objetos gobernados por órdenes de poder y prescripciones sobre la manera en que debemos comportarnos y ahogarnos en la satisfacción de expectativas ajenas; el arte deviene como un elemento de salvación y de orientación hacia el gobierno de sí, o dicho en otras palabras, de nosotros mismos. 

 Por lo anterior, me he aventurado a ver mi propia vida como un arte, y de usar mis dotes creativos, no solo para conectar con mi alma, sino de escuchar mi propia voz, una que es capaz de replantear las relaciones de poder que engendra nuestro paso automáta e irreflexivo por la cotidianidad.

En esta apuesta personal, a continuación te comparto este poema que he creado sobre mis manos.

Son las manos de una adicta al trabajo, por ende su belleza no es una prioridad
Son manos que mas bien hablan de las multiples maneras en que metabolizo al mundo,
en las que todas ideas exteriores se convierten en acciones y productos,
si, lamentablemente productos

En otras ocasiones también las manos resultan una mirada hacia el futuro, porque
ellas me permiten tejer los pensamientos y que deriven en una agenda
a veces vacía, otras repletas
Hoy llena de mis sentires, manos que son posbilidades para tejer una nueva vida
Para entramar los sueños, compartidos o propios.

Tristemente, a veces mis manos son un lugar ausente del encuentro con otros,
manos ausentes para algunos que he debido decir adios,
pero que siguen siendo puentes con la vida que sigue naciendo

Son mis manos el lugar expectante ante las posibilidades del futuro.

Mis manos son mas viejas que mi rostro, el resultado de una mente inquieta,
que ahora mismo renuncian al hacer.
Hoy, honro mis manos como una emanación de mi ser.

Crear nuevos significados

Transformar el poder en posibilidades para tu propio cultivo y gobierno es un camino de mil pasos. 

Reformular las ideas populares sobre el bienestar y la salud mental es un buen comienzo para hacerte partícipe del bien común.

La psicoterapia es una opción, pero también te planteamos otras maneras de comprender la salud mental en mi canal de Youtube.