Mirándonos hacia Adentro
por Gina Tarazona
08/06/2021
En este artículo podrás encontrar ciertas ventajas y desventajas de la terapia virtual, junto con algunos puntos a tener en cuenta durante el proceso de la psicoterapia.

Aunque podamos presentar miedos respecto a la psicoterapia, queremos recordarte que los psicólogos no buscan entrometerse en nuestra cabeza, ni muho menos juzgarnos por nuestro comportamiento.  Más bien, el psicoterapeuta o el psicólogo es un aliado que nos va a ayudar a mirar dentro de nosotros que nos permitirá reconectar con nuestro potencial, sentido de vida y a brindarnos herramientas para superar aquello que no nos permite sentirnos plenos con nosotros mismos y con los demás.

 La situación actual del mundo (pandemia por Covid-19) nos ha obligado a cambiar muchas dinámicas sociales, y el campo de la psicología clínica no ha sido ajeno a estos cambios. Por ello, contamos con herramientas para la orientación psicológica virtual que puede desarrollarse a tavés de herramientas:

    •  Basadas en el internet, que nos permiten interacciones asincrónicas (mensajes por correo o plataformas similares) o sincrónicas (mediante plataformas como google meet, zoom, Jitsi, entre otras).
    • Herramientas no basadas en el internet, como contadores de conductas o diapositivas en Powerpoint.
La terapia virtual amplia las posibilidades de acceso a personas que en otras condiciones no podrían hacerlo. 

A pesar de lo anterior, es importante tener en cuenta que la terapia virtual requiere de requisitos similares a su modalidad presencial, conservando cuestiones como la fijación de acuerdos entre terapeuta y consultante, el ajuste de expectativas terapéuticas,  e informar las ventajas y las limitaciones mediante un consentimiento.

Sin embargo, hay que considerar que la presencialidad esta asociada con un mayor intercambio de información verbal y no verbal entre el terapeuta y el paciente; y por tanto, no se recomienda la terapia virtual en sitauciones que involucren terapia de pareja, trastornos obsesivo compulsivos o pacientes con ideas suicidas

Las actitudes del terapeuta

El éxito de los procesos terapéuticos también se encuentra determinado por las actitudes del terapeuta. A continuación te comparto algunas actituudes que deberias encontrar en tu terapeuta para saber que vas por buen camino. 

• Apertura hacia las creencias personales, valores y demás ideales  del consultante.
• Excelente manejo del tiempo para cumplir los objetivos programados en cada sesión y poder concluirla de manera que se da un proceso de cierre en cada interacción, evitando una sensación de brusquedad por parte del consultante.
•  Disposición y herramientas para hacer que el consultante se sienta emocionalmente estable antes de culminar cada sesión y pueda continuar sus actividades con la mayor tranquilidad posible en espacios externos a  la terapia. 

Al reconocer a los psicológos como seres humanos en procesos de aprendizaje constante, puedes llegar a encontrarte con situaciones que pueden no ser muy favorables para tu proceso terapeútico, entre las que se incluye

• Falta de habilidades comunicativas (dificultades para confirmar que se ha entendido lo que el consultante quiere expresar)
• Manejo del tiempo inadecuado para dar un cierre a cada sesión y cumplir los objetivos esperados en cada sesión 

Es necesario cuestionarse y conocer la trayectoria académica y profesional del psicólogo, como otras habilidades que pueden enriquecer el proceso de terapia como la creatividad, que además, puede ser fundamental para construir una mejor relación entre  terapeuta y consultante.

Tus actitudes también cuentan

 

La razón de la terapia es tu desarrollo personal, por lo que es fundamental disponerte para el proceso terapeutico y sus retos, por ello te invito a revisar si en alguna ocasión has presentado alguna de estas actitudes que dificultan los procesos terapéuticos. 

 

  • Predisposición ante tu terapeuta, que implica pensar en el como alguien que solo trata a «locos y trastornados», en vez de comprenderlo como el apoyo que es.
  •  Incumples los compromisos terapéuticos, por ejemplo, olvidas avisar con anticipación cuando cancelar una sesión, lo que no solo podrá acarrearte multas, sino que es poco considerado con la disposición mental, temporal y espacial que el terapeuta ha dispuesto para tu sesión. 
  • Llegar tarde a la sesión: el espacio de terapia es un espacio para ti, tanto temporal como espacial. Por ello, es importante no llegar de afán y respetar ese espacio y tiempo en proceso que está destinado al bienestar del consultante.

Pero no todo es malo,  como consultante puedes reencaminar tu proceso hacia una oportunidad para el desarrollo personal a través de actitudes que resultan ser muy favorecedoras para el proceso, como lo son:

• Tener curiosidad por la formación y la trayectoria del profesional.
• Ser abierto en la comunicación con tu terapeuta y hacerle conocer cómo te sientes respecto al proceso terapéutico
• Disposición para establecer acuerdos (costos, recursos, manejo de la información, agendamientos, etc.) con el psicólogo.

Finalmente, aunque la terapia es un espacio personal y privado, en el cual contamos con la ayuda de un profesional que tiene como objetivo ayudarnos en nuestro proceso de trasformación, es importante reconocer que hay factores externos, como la percepción y el apoyo de las personas que nos rodean con relación a la terapia. Así mismo, nuestros hábitos tienen un papel importante (por ejemplo, el consumo de café cuando alguien tiene ansiedad).

 

Por esta razón, es importante identificar conductas de nuestra vida cotidiana que favorecen o no al proceso.

Tomar la decisión de ir a terapia es un acto valiente y de amor propio, porque implica reconocer la necesidad de tener un poco de ayuda para poder conocernos mejor. Por ello, es importante realizar una buena selección del terapeuta y tener mucha disposición y compromiso para participar del proceso. A veces, reconocer las cosas que hay en nosotros mismos no es sencillo, y sobre todo aquellas que no son tan bonitas. Por lo tanto, reconoce al psicólogo como un aliado, y no como un intruso que quiere leer y transformar tu mente para encajarla al molde. Antes de ir a terapia es importante recordar estar tranquilos. A fin de cuentas, sólo es un psicólogo.

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